En la calle de enfrente de mi casa hay una Residencia de ancianos y desde mi ventana se divisan los ventanales del edificio.
Todas las noches a la misma hora los ventanales van apagando su luz, y todo el edificio se sumerge en la sombra, excepto una ventana que recibe la luz de una farola de la calle, y con su resplandor se divisa la silueta de una anciana de unos ochenta años que semi-tumbada en la cama se pasa gran parte de la noche en vela.
Ella dice que se le ha ido el sueño y le gusta pensar, esto fue lo que me contó, cuando una mañana nos cruzamos en la calle y yo le revele mi secreto de observación y fue ella la que con su simpatía y relatos cortos me dijo que su nombre era María y medio permiso para seguir observando y escribir esta pequeña historia.
MARIA
Una noche mas, se extienden las sombras y bajo los reflejos de la farola se divisa la silueta de María. Esta vez esta de pie ante una mesita, sobre la que apenas se distingue un pequeño paquete, lo toma y se acerca a la ventana ¡ahora se ve claro! es una caja con un lazo, debe de ser algunos dulces regalo de algún nieto que la vienen a visitar.
La sujeta y lentamente va desatando el lazo, y mira en su interior ¿Que ve? ¡No son dulces! Si no recuerdos del pasado, de otra caja de cartón también con un lazo.
La caja de los tesoros mas preciados de su infancia y así mentalmente, sus dedos palpan, cada uno de sus recuerdos, aquel trozo de cinta de aquella carioca hecha por su padre, donde todos los domingos jugaban en la plaza. Aquel naipe descolorido recuerdo de las veladas pasadas en casa de los vecinos frente la chimenea asando castañas, Y aquel mechón de pelo de aquella amiga que tuvo una muerte tan trágica.
Y así va repasando desde su mente uno a uno los recuerdos de su lejana infancia, concentrada en los recuerdos de aquella caja.
Quien no a tenido en su infancia la famosa caja de los recuerdos o el rincón secreto donde se guardaban los objetos mas extraños.
En aquellos tiempos otro sitio apropiado solía ser entre las paginas de un libro, donde pasado el tiempo al hojear el libro, te sorprendía encontrar el pétalo de una flor, un mechón de pelo, una hoja, y cien mil cosas mas, todo ello tenia un significado, eran jirones de sus vidas que quedaban atrapados y el afán era dejar huellas que recordaran el pasado.
El tiempo que es imparable iba dejando atrás su infancia, las exigencias y estados de ánimo cambiaban, y entonces ella acudía presurosa, a su caja de cartón con su lazo rosa a desempolvar aquellos recuerdos y volver a revivir situaciones y sitios que le costaba dejar para seguir caminando hacia lo desconocido.
Que disgusto se llevo cuando volvió del colegio y sus padres se habían mudado de casa y aquella caja con sus tesoros y sus recuerdos de infancia ya no estaban, lloro y sintió una sensación extraña era como un vacío como si su mejor amiga la abandonará
Y así va evocando los recuerdos del pasado, ya que en esta edad se recuerda mejor lo que le pasó entonces que lo que le ocurre a diario
Suspira y lentamente vuelve a dejar la caja en la mesa. Pero su mente sigue cabalgando entre el pasado y el presente y aunque a pasado mucho tiempo de aquello la tendencia de ir guardando recuerdos permanece en ella.
Ahora “la caja de los recuerdos es su mente,” y esta no la cambiara por nada, por eso aprovechaba la ausencia del sueño, para disfrutar el mayor tiempo de esta caja, inspiradora de sueños e ilusiones donde dejando correr su imaginación, podía cambiar sitios y situaciones y con ella viajar a grandes ciudades, recorrer espacios, escribir historias, y revivir experiencias de sitios y tiempos, donde los sentimientos y emociones le hacen reír y llorar según la ilusión de su sueño
Es un regalo maravilloso la caja con mas sorpresas que estamos dotados los humanos, la que tiene mas recursos la que nos orienta y dirige la que nos avisa del peligro, y nos saca de el.
Por mucho que escribiera sobre esto nunca seria capaz de describirlo ya que los grandes estudiosos de este tema consideran un enigma el cerebro humano.
Pero ella tenia experiencia y savia que los recuerdos eran importantes para compararlos y orientar la vida, en los cambios importantes, pero nunca quedar atrapados en ellos, una cosa era soñar y otra caminar mirando adelante, aquí se remitía al dicho de “La vida debe de ser comprendida, mirando hacia atrás. Pero solo puede ser vivida mirando hacia delante.
Por eso era consciente de que esta maravillosa caja también tiene un deterioro y le preocupaba y mucho cuando esta caja con el paso del tiempo se va perdiendo en la bruma de nuestros recuerdos. Empezamos por perder memoria, olvidar nombres, de personas capitales, teléfonos etc.
Ella tiene un buen ejemplo, en la habitación contigua a la suya hay una anciana su nombre es Margarita y María le gusta visitarla y acompañarla algunos ratos.
Es mas o menos de su edad ingresaron juntas el mismo día, solo que Margarita ya tenia algún despiste que otro, pero en poco tiempo, fue pasando a grandes olvidos como si se le escaparan los recuerdos y en su mente intermitente quisiera retenerlos pero por mas esfuerzos que hacia, era imposible, se esfuman de su mente, como el humo entre los dedos.
Cuando ocurre esto, la mente se queda en blanco y la caja se desajusta y siguen funcionando nuestro cuerpo, nos movemos como muñecos rotos igual que marionetas, subimos y bajamos de las manos de aquellos que manejan nuestros hilos.
En este proceso se encontraba Margarita y esto le preocupaba a María ella la contempla y observa y no savia como comunicarse con ella.
Por este motivo cuando llegaba la noche le bullían mil preguntas en su cerebro dándole vueltas a sus pensamientos y dudas ¿Dónde estaban los pensamientos de Margarita? ¡Como podría comunicarse con ella¡ parecía un centinela alerta en medio de sus desvelos. Procurando encontrar respuestas a sus inquietudes, al mismo tiempo que tiene miedo de cerrar los ojos por si se escapan sus propios sueños.
Para ella es muy importante incluso soñar despierta, la imaginación, es su mejor amiga, con ella puede llegar a sitios increíbles, y no quiere perderla, como le ocurrió con la de su infancia, a esta no necesita quitarle el lazo para sacar recuerdos solo tiene que cerrar los ojos y pensar donde quiere ir.
Al día siguiente después de una noche de pesadillas y miedos contenidos siguiendo la costumbre fue a visitar a Margarita.
Se quedo pensativa ante la puerta… como se iba a comunicar con ella… como le podía explicar lo que sentía.
Paso y se acerco a ella, la tomo de la mano y en ese momento algo maravilloso ocurrió ella la miro y sonrío, un escalofrío le recorrió el cuerpo; y en ese momento comprendió que por muy perdida que estuviese su cabeza había una cosa que funcionaba, era el amor, este lenguaje lo entendía.
La comunicación a través del amor, eso lo aclaraba todo, Margarita no era consciente se le había apagado la luz pero dentro de su oscuridad lucia ese rayito de luz del amor vivido durante su vida, del cual solo quedaba una sonrisa y entonces comprendió que sus recuerdos no se podían perder mientras que alguien le diera un beso una caricia, con cualquier contacto sobre su piel ella siempre respondería con su sonrisa.
El amor era la tabla de salvación, es la lengua universal que todos entendemos. El amor era el ceñidor de la amistad de los recuerdos el amor es lo único que nos acompaña hasta el final. Ese don maravilloso y gratuito regalo de Dios.
Aunque era una situación dura, ante la sonrisa de Margarita se le aclararon las dudas y vio que las personas somos más que un cuerpo y un cerebro, así aunque nuestros cuerpos se rompan, dentro de cada persona existe un alma, un pensamiento, un sueño de esperanza, que luce através del tiempo y si un día nuestros cuerpos se apagan vuelven a lucir de nuevo y lucirán con todo esplendor en el cielo.
Pues los sueños que nos alimentan al final, son vividos en el cielo, sin engaños ni mentiras, guardados con esmero por Aquel que nos alentó en la vida y nos preparo el principio y final de nuestro sueño.
Y para andar en este mundo como herramienta de trabajo nos hizo el regalo más bello, dotándonos de una mente prodigiosa.
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